octubre 02, 2010

XVI. LA AUDACIA


¿Te acuerdas la emoción que sentías cuando eras pequeño, o incluso ahora, si en una
historia aparecía el héroe?
Esa persona, que absolutamente convencida de su misión, luchaba por la justicia, la
verdad y el bien, salía a combatir por una causa justa, vencer el mal, disfrazado en diferentes formas, ya fuera por amor a su dama, por amor a Dios, o a su patria. ¡Cómo vibraba tu corazón!
Era un ser humano que se estaba jugando cien por ciento por sus ideales, con fe y
confianza en que iba a ganar... Que su misión tenía un fin trascendente, que no importaba que corriera peligro su vida ya que ésta, estaba al servicio de un bien mayor...
¿Te acuerdas cuanto sufrías, cuando tenía nuestro héroe que soportar y resistir las más
difíciles pruebas? Al final estaba ya casi todo perdido, y su férrea voluntad con el
convencimiento absoluto de su fin, lo ayudaban a sobreponerse a todo, incluso a sí mismo y vencía... ¡En ese momento tu cuerpo entero saltaba de gozo y emoción y probablemente en la noche, soñabas que eras el héroe! Un héroe, que no lucha con su espada contra las nubes, o molinos de viento...
El héroe es un ser que encarna especialmente el valor como lo vamos a ver ahora. Un
héroe es audaz, no es osado, ni menos pusilánime, es alguien que entrega su ser entero a
una causa: el bien.
¡Cuántos héroes harían falta en nuestro planeta! Este siglo XX, se ha caracterizado por la
falta de audacia. Al revés, más bien vemos los dos polos: los osados o temerarios como los extremistas, o los pusilánimes, que están muy cómodos y satisfechos con su vida casi adentro de un frasco de formalina.
El héroe o la heroína quedaron enterrados en los viejos cuentos de hadas.
¡Hay que resucitar este maravilloso valor de la audacia!, para mover nuestro planeta
hacia el bien.

Definición:
La persona audaz es la que inicia y realiza acciones, conciente de que con sus
posibilidades reales y riesgos puede alcanzar el bien propio y ajeno.

DISVALORES DE LA AUDACIA:

A) Osadía o temeridad:
Es aquella persona que emprende y realiza acciones, sin contar con los medios para
hacerlo, y sin tener claro su objetivo.
B) Pusilanimidad o cobardía:
Básicamente es una persona que no se atreve a emprender ningún desafío, o algo que
valga la pena, porque no confía en sus posibilidades, ni en sus fines; básicamente porque no ha desarrollado su voluntad.
DESCUBRIENDO MI AUDACIA
1. ¿He reflexionado acerca de que, para cambiar lo que me rodea, tengo que comenzar
por cambiar yo mismo; que nada sucederá si yo no doy el primer paso?
2. Aquellos cambios o metas que me he propuesto, las he sometido al siguiente
examen:
a) ¿Es un fin que me va a llevar a un bien para mí y los demás?
b) ¿Siento que en mí hay una pasión fuerte que me lleva a emprenderlo a toda
costa?
3. Estoy dispuesto a asumir riesgos tales como:
a) Que los demás crean que soy un imprudente, que estoy perdiendo pequeñas
seguridades.
b) Que muchas veces me voy a sentir solo, como los salmones: "nadando contra la
corriente".
c) Que mi cuerpo tiene que estar en las mejores condiciones, para aquellos
momentos en que las energías se agoten y tenga que sobreponerme al cansancio.
d) Que mi psiquis debe estar segura, confiada y coherente, para no olvidar la meta y
no quedarme a medio camino.
e) Que es bueno contar con la ayuda de amigos que persigan los mismos ideales.
f) Q ue estoy arriesgando hasta mi propia vida.
g) Que en el corto y mediano plazo no habrá aplausos ni recompensas.
h) Que seré humillado, vilipendiado y objeto de ironía de los débiles y pusilánimes.
i) Que tendré que hacerme amigo de la soledad y del silencio.
j) Que siempre encontraré en este camino signos, personas que me ayudarán.
k) Que es bueno dividir mi objetivo final en objetivos a corto y mediano plazo, para
hacerme el camino menos duro.
l) Estar preparado para no dejarme vencer o frustrarme con los imprevistos que
Saldrán a mi encuentro.
m) Aceptar con humildad, que al final de la misión, quizás tu única recompensa será
la del deber cumplido.
La audacia en la vida cotidiana significa que el héroe del siglo XX, debe partir por
transformarse a sí mismo para luego influir sobre su familia, trabajo y sociedad que lo rodea.
Vamos a sugerirte algunos planos donde puedes empezar a poner en práctica la audacia.
1. En ti mismo:
Cambios espirituales
Cambios psíquicos
Cambios corporales.
2. En tu pareja:
Un proyecto nuevo
Una sexualidad renovada
Una comunicación más profunda.
3. En tu familia:
Practicar valores
Renovar la temática de las conversaciones
Buen uso del tiempo libre
4. En tu trabajo:
Elevar radicalmente el nivel de las relaciones humanas.
Generar proyectos creativos, productivos y llevarlos a la acción.
5. Sociedad:
Incorporarte activamente buscando soluciones, que aunque sean criticadas promuevan
la evolución de ella misma.
6. En el planeta:
Contactarte con gente que busca objetivos similares a los tuyos.
7. En lo espiritual:
Ser un alquimista y un ejemplo viviente de la Fe, la Esperanza y la Caridad. ¡Vivir en
Dios!
8. En la Educación:
Aceptar y hacerte responsable del "derecho" a educar los valores trascendentes.
Los ejemplos son interminables, la audacia se mueve en infinitos campos, elige el tuyo
y... ¡manos a la obra! ¡Es tiempo de resucitar a héroes y heroínas!
ACTITUDES DE UN COBARDE O TEMEROSO:
1. Inseguridad y desconfianza en sus potencialidades.
2. Pereza y comodidad, producto de una grave falla en su voluntad.
3. Conformismo total, las cosas hay que dejarlas tal como están.
4. Extremado apego a lo material, a lo seguro, a lo cómodo.
5. Personalidad invadida por miedos, temores, traumas que terminan por paralogizarla.
6. Su lema: la ley del mínimo esfuerzo.
7. Complaciente y preocupado de su imagen, no soporta las críticas, por eso no es
capaz de romper esquemas en pro de una evolución positiva.
8. Escasa vida interior, poco contacto con su alma, prefiere las satisfacciones
momentáneas.
9. Elige lo seguro, aunque sea poco; no es capaz de correr riesgos.
10. Dependiente a los deseos y metas de los que lo rodean.
11. Muy centrado en sí mismo, muy egoísta, no le interesa jugarse por los demás en pro
de un bien común.
12. Extremadamente débil y frágil en lo moral y espiritual, en lo psíquico y lo físico.
¿SOY OSADO O TEMERARIO?
Cuando tengo un objetivo, meta o ideal:
1. No tomo un tiempo necesario ni prudente para medir beneficios o riesgos.
2. No evalúo si el fin que persigo, realmente es para un bien personal y común.
3. Me lanzo, o me embarco en ese proyecto, sin medir ninguna consecuencia.
4. Estoy convencido que mi cuerpo y mente resistirán todo lo que venga, sin prepararlo de
antemano.
5. Busco resultados inmediatos.
6. No pido ayuda o consejo en personas más sabias que yo.
7. Mi meta no está regida por valores trascendentes en sus objetivos (Ej.: matar por fines
políticos).
8. Generalmente estoy motivado por emociones o pasiones muy negativas: odio,
venganza, resentimiento.
9. Mis acciones apuntan más a llamar la atención, a impactar, a "choquear", a ser
reconocido por contraste, que a un ideal que ayude a los demás.
10. Pongo todas mis energías en lograr cosas que no tienen importancia ni trascendencia,
gastando mi tiempo inútilmente. (Pelear para ganar, por ejemplo, una discusión
intelectual con el fin de lucirme.)
¿Te habrás dado cuenta que para ser audaz, es necesario conocer y estudiar
profundamente los valores, para tener así, muy claras las metas o ideales por las que
deseamos luchar con cuerpo y alma...?
¿Quieres pasar por esta vida sin dejar ninguna huella trascendente, un ser más de la
masa, o quieres darle un sentido, profundo coherente y transpersonal?
¡Te desafiamos a ser audaz!

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