octubre 02, 2010
X. LA SINCERIDAD
Definición:
Manifiesta, si es conveniente a la persona idónea y en el momento adecuado, lo
que ha hecho, visto, piensa y siente, con claridad respecto de su situación
personal o la de los demás.
DISVALORES DE LA SINCERIDAD
A) Francotería - Patochería - Ingenuidad
Sin prudencia, respeto, delicadeza e inadecuadamente, ex-presa verdades, sin asumir
las consecuencias.
B) Mentira - Falsedad - Hipocresía - Adulación - Murmuración.
Consiste en pervertir o tergiversar la realidad, de acuerdo a la propia conveniencia.
LA PERSONA SINCERA:
1. Tiene claro que la comunicación es producto de una reflexión, y no de una reacción
puramente emocional sin objetivos ni metas que apunten al bien común.
2. Valora su intimidad, producto de una profunda meditación sobre ella, luego la entrega
en el momento oportuno y adecuado.
3. Está capacitada para comprender que dos o más personas pueden percibir una
misma realidad con diferentes marcos de referencia, de lo que se deduce que "no
necesariamente" los otros mienten.
4. Está preparada para distinguir lo importante de lo secundario, para así centrarse en lo
primero y comunicarlo adecuadamente.
5. Ha desarrollado una gran caridad, comprensión y prudencia hacia su prójimo.
6. Si se ha equivocado en un juicio de valor, es capaz de rectificar frente a la persona a
quién dañó.
7. Ha cultivado la "objetividad", es decir, tratar de ver los hechos lo más
depuradamente posible, para ser justo en su evaluación.
8. Primero se pone en el lugar del otro, antes de declararle su propia verdad.
9. Es capaz de distinguir a quién, cómo y cuándo contar qué. Personas probadamente
confiables.
10. Maneja el ser "muy efusivo", hablarlo todo y no darle tiempo al otro; o muy parco,
decir el mínimo indispensable. Es generoso cuando informa sobre él.
11. Aunque cuenta con una información adecuada, no la utiliza si puede dañar a una
persona.
12. Al ser leal, respeta el secreto profesional, el secreto de su trabajo y el secreto
natural.
13. Al manifestar una verdad es claro, sencillo, ordenado, responsable y valiente.
14. Sabe que ser sincero, es ser honrado y justo con todas las relaciones, empezando
con él mismo.
15. Está abierto a escuchar las verdades de los demás, especialmente acerca de sí
mismo, incluso a veces cambiando acciones en su vida que favorecen su propio
bien.
16. Da su parecer sólo cuando se lo piden, no se entromete en la intimidad de otros.
17. En sus opiniones dadas, siempre busca el aspecto más positivo de esa persona,
para ayudarle a transmutar lo negativo, si ésta lo requiere.
18. Tiene fe y confianza, en la partícula Divina que impulsa al bien dentro de cada ser
humano.
19. Es dulce, tranquilo, sereno y humilde para transmitir su verdad interior o para
compartir una verdad.
20. Usa su empatía y su intuición, para descubrir claves interiores en el otro, con el fin de
ayudarlo a encontrar su propia verdad.
21. Su comunicación es valórica. (releer Barreras de la Comunicación).
22. Sabe preparar al otro para contener una verdad. Busca el momento adecuado.
FRANCOTERIA, AUTENTICIDAD FALSA, INGENUIDAD
Descripción:
1. Dice lo que piensa y siente, desenfrenadamente y sin inhibiciones, de acuerdo con el
impulso del momento.
2. No usa su inteligencia, ni controla su voluntad para callar o hablar con prudencia.
3. Tiene baja capacidad de escuchar la verdad del otro y retroalimentarse con él.
4. Se siente poseedor de la verdad absoluta (soberbia); luego su percepción de los
hechos es la única válida.
5. No se detiene a pensar en las consecuencias de sus mensajes, que pueden producir
heridas, humillaciones, dolor, traumas. Es muy centrado en sí mismo.
6. No valora la importancia de guardar un secreto.
7. No tiene paciencia para escuchar o percibir, o intuir la realidad del otro; prefiere
atacar primero, ya que sus emociones se lo devoran.
8. Su verdad generalmente se expresa en forma de grosería, ironía, crueldad, etc
9. No se da cuenta que su impertinencia y falta de tino, lo van dejando muy solo en el
camino de la vida.
10. Dejar al otro en vergüenza pública no le produce ni culpa, ni ganas de rectificarse.
11. Dentro de sí, contiene un alto grado de agresividad, que necesita verterlo en los
demás a través de la "franqueza", "naturalidad", "transparencia", etc.
12. Sus patochadas, las justifica frente a sí y al otro diciéndole: "lo hago por tu bien" o
"para mejorar nuestra relación" o "para que no digas que te oculté lo que
pensaba".
13. Generalmente asume una posición de superioridad, manifestando: yo estoy bien
porque sé lo que digo, tú estás mal porque no sabes la verdad de las cosas...
14. Recurre a la ironía, el estilete de los inteligentes, para herir con su verdad donde al
otro más le duele (un defecto, un trauma, etc.).
15. Hace uso de confidencias secretas para lucirse, ganar una pelea, impactar en público, etc.
16. Su lema: "Pienso y digo, siento y digo", lo hace incurrir en una tremenda falta al valor
de respetar al otro.
17. Atropella la libertad, el pudor y el tiempo del otro, desde su apariencia física, hasta el
mostrar lo más bajo que hay dentro de él.
18. Irrumpe en el alma del otro diciéndole atrocidades, sin preguntarse previamente, si
esta persona será capaz de contener toda su verdad.
19. Sus juicios no provienen de una profunda reflexión, luego son muy livianos, ligeros,
sin objetivos claros, como es ayudar al otro, por lo que carecen de absoluta solidez.
Por tanto es muy bueno no engancharse con ellos.
20. Al no usar su capacidad de análisis, caen en "ingenuidades profundas" Ej.: lo dije,
porque creí que no era tan importante; "no me di cuenta", lo que es tremendamente
dañino para el que las recibe.
21. Tienen una voluntad muy frágil frente a la posibilidad de callar. No saben decir no a
su fuerte emocionalidad.
22. A algunos les gusta reírse mucho a costa de los defectos o problemas de los demás,
dejándolos "públicamente" en evidencia.
23. Son personas que se conocen muy poco a sí mismos, no buscan un camino de
evolución; se sienten bien tal como están. Por lo tanto conocen muy poco acerca de
los otros, lo cual hace muy factible su capacidad de daño.
LA MENTIRA. HIPOCRESÍA. ADULACIÓN. MURMURACIÓN.
Mentirse a sí mismo...
1. El mentiroso, para encubrir su realidad, generalmente es evasivo: drogas - alcohol -
sexo - consumismo - superficialidad.
2. No reconoce el valor de la sinceridad como un medio de autocrecimiento espiritual.
3. Tiene una imagen muy sobrevalorada o muy disminuida de sí mismo.
4. Evitan las introspecciones, no se quieren ver realmente como son.
5. Justifican mucho sus defectos, falencias o equivocaciones.
6. Distorsionan a su propia conveniencia, las informaciones que los otros les
proporcionan sobre sí mismo.
¿Miento?
1. ¿Finjo emociones, como una estrategia para convencer a los demás?
2. ¿Guardo o callo información para usarla posteriormente a mi propia conveniencia?
3. ¿Me hago el ingenuo, el no entiendo nada o que no me di cuenta, en forma
deliberada?
4. ¿Tengo habilidades para inducir a error o cambiar la percepción de la realidad que
los otros tienen a favor mío?
5. ¿Siento que, cuando miento, controlo muy bien mi cuerpo, mis emociones y mi
comunicación no verbal?
6. ¿Uso la mentira para "evitar problemas" e impedir que se entrometan en mi intimidad?
7. ¿Siento que las mentiras blancas no dañan a nadie? ¿Qué pasa con la libertad y el
respeto al otro?
8. Hay ciertas personas que no resisto, pero poseo una gran habilidad para hacerles
sentir que me siento muy bien con ellos, más aún, puedo llegar a decirles que son
muy importantes en mi vida. ¿Conductas laborales, por ejemplo?
9. No me cuesta nada pensar y sentir algo pero aún así hago lo contrario, para lograr lo
que yo quiero (incoherencia).
10. ¿Creo que el adular a las personas me trae grandes beneficios personales, aunque
no tenga nada que ver con lo que yo creo de ellas?
11. ¿Hago uso conciente de la murmuración, para socavarle la integridad a alguien que
no me conviene? Mi lema es: "habla, habla que algo queda".
12. Para mí "el fin justifica los medios", y la mentira es una gran ayuda para ello.
13. ¿Me preocupo de buscar personas con "buenas fuentes de información", para
manipular ésta, a favor mío?
14. ¿Siempre estoy alerta y vigilándome, para no desdecirme en lo que he mentido?
(¡Que agotador!)
15. ¿Me preocupo de ser muy agradable a los demás, para que así confíen en mi,
hacerlos dependientes, y después manipularlos a mi antojo?
16. ¿Guardo o creo en secretos profesionales, naturales o de terceros?
17. Yo siento que hago feliz a la gente mintiéndole, ¿o no?
18. Realmente no me preocupa que al momento de mi muerte, vaya a haber un Ser que
va a juzgar mis faltas a la verdad.
Cada día que pasa, vamos percibiendo como la sinceridad, la veracidad, es un valor que
ha desaparecido. La transparencia, la espontaneidad sana, la confianza, pareciera que ya no existen.
Nos sentimos desolados ante un mundo que nos bombardea con la falta de respeto de
aquellos que dicen que hay que ser y decir lo que se siente, sin medir las consecuencias.
Seres que atropellan nuestra dignidad, nuestra alma, nuestra reputación, sin importarles las consecuencias de sus actos, tales como los mentirosos, que presentan la verdad de tal
manera que resultan tan engañosos y ruines como pequeñas bombas atómicas.
Constantemente nos encontramos preguntándonos, ¿cuál es la verdad? Frente a todos
los acontecimientos que suceden día a día, posiciones controvertidas, incoherentes en su
esencia. ¿En qué y en quién confiar y creer?
Estamos en un mundo de mentiras, los medios de comunicación social, la información,
son una constante tergiversación o filtración de la realidad... Pero quizás lo más doloroso es el enfrentamiento permanente con aquellos seres que se engañan a sí mismos.
¿Y porqué no soñamos con un mundo de seres veraces? Donde la verdad ocupa el
punto medio de equilibrio, donde los hechos se asumen y realizan tal como son. Donde se enfrenta la realidad tal y como es, para renovarla y cambiarla. Donde el amor, la prudencia, la lealtad y la fidelidad gobiernen nuestras acciones. Donde nadie avasalle a nadie, donde la comunicación sea pura y nítida, sin dobleces interiores, ni segundas intenciones. Donde los padres enseñen a sus hijos desde pequeños con su ejemplo, a decir la verdad donde quiera que esté.
Un mundo donde yo y el otro, nos podamos acoger y consolar mutuamente con
confianza, para así potenciamos el uno al otro y hacer surgir una gran creatividad, desde la construcción de nuestra relación de pareja a un mundo nuevo... Donde nuestra conciencia sea transpersonal, en beneficio de una humanidad que tenemos que salvar del grave vicio de la mentira o de la falsa autenticidad.
A partir de hoy, que nuestros pasos sean guiados por la luz de lo verdadero, de lo
congruente, de lo transparente y del respeto.
A partir de ahora, empezando con nosotros mismos, a mirarnos en un espejo nítido,
asumiendo nuestra realidad: realzando nuestras virtudes y educando nuestros defectos.
¡A partir de ahora! Nuestras relaciones interpersonales, confiadas, serenas y claras, sin
subterfugios ni estrategias, borrando las "mentiras blancas". ¡La mentira es siempre
mentira!
Podemos aprender a saber callar parte de la verdad por prudencia, pero no a mantener
engaños. Es el momento para desarrollar un espíritu crítico al decodificar toda la información
que recibimos, y descubrir si realmente está respaldada por valores, o si está sustentada
en disvalores.
A partir de ahora, proponerse buscar lo sólido, lo atemporal, lo profundo, lo verdadero.
¡Ya no queremos más piedrecillas que parezcan brillantes! ¡Queremos el real y brillante
valor de la verdad!
Y también, hoy es el momento para desarrollar una profunda compasión, comprensión,
piedad y capacidad de perdón, pero más que nada, un deseo de ayudar a aquellos que
entrampados en su "pseudo ser auténticos", o en su pervertido mundo del engaño y la
hipocresía, no evolucionan y mantienen nuestro planeta estancado, o ¡en la más grande de las involuciones!
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