octubre 02, 2010

XIII. LA GENEROSIDAD



"El que más da, es el que más recibe"

No es una ley mágica, es una realidad. Al abrirte y dejar fluir tu energía hacia otros, al
estar interesado y centrado en los demás dejando de tener la mirada posada en ti mismo,
empiezas a trascender, a ser en el otro o con los otros.
Al conectarte con el alter (otro), tu vida comienza a tener un sentido, lo transpersonal, lo
que va más allá de ti, y entonces el milagro comienza a suceder al mirar, ver otras almas;
empiezas a acrecentar tu campo perceptivo y visual, empiezas a compartir otras vivencias,
otras realidades y a aprender otros valores.
Tu riqueza espiritual se acrecienta, eres millonario en vivencias y experiencias.
Desde otro ángulo, cuando estás dispuesto a recibir con humildad, permites otro milagro:
le das la oportunidad a los otros para que puedan ser generosos contigo. Cada vez que pides
ayuda, cuando buscas apoyo, comprensión a tus debilidades, estás permitiendo al otro que trascienda a sí mismo.

¿Te has preguntado, qué pasaría si nadie nos permitiera ser generosos, si nadie nos
pidiese nada; qué frustrados, coartados y limitados nos sentiríamos?
Quedaríamos con la terrible sensación que todo lo maravilloso que poseemos en bienes
espirituales, culturales, materiales, no podríamos compartirlos con nadie.
Para llegar a ser generoso, como en todos los demás valores, tienes que ejercitarlo
contigo mismo. ¿Cuántos regalos te haces al día? No necesariamente tienen que ser
materiales, la mayoría pueden ser espirituales. Como regalarte un lindo paisaje... una
agradable caminata... una buena música... un tiempo de meditación... una relajación. Verás como tus días empiezan a tener una nueva dirección 􀂲tu propio bien􀂲 ensayando así en ti
mismo; empezarás a regalar, a dar a los demás y la transmutación espiritual se acrecentará en tu vida.
La generosidad está en un punto medio entre el abandono, que es dejarse robar todo o no dejarse nada a sí mismo, o la avaricia o egoísmo, que es guardarse todo para sí.

Definición:
Ser generoso es actuar con los otros en forma desinteresada y alegre, teniendo en
cuenta el bien del otro, aunque cueste un esfuerzo.

¿SOY REALMENTE GENEROSO?

1. Tengo tiempo e interés para:
a) ¿Preguntar por el otro?
b) ¿Escuchar al otro?
c) ¿Ayudarle a buscar y encontrar su camino de luz?
2. Lo positivo que veo en otras personas, ¿lo señalo en forma rápida, clara y oportuna?
3. Al detectar una necesidad real y urgente para el otro, ¿me aparto inmediatamente de lo mío?

4. ¿En caso de ayuda, ofrezco la mía inmediatamente, sin que me la pidan?
5. ¿Me hago inmediatamente presente, cuando otros requieren de mí?
6. ¿Doy de acuerdo a las necesidades del otro y no de acuerdo a lo que yo creo que
necesita?
7. ¿Me esfuerzo por hacerle agradable la vida a los demás?
8. ¿Mi casa es cómoda, bella y acogedora?
9. ¿Permito a los otros que sean generosos conmigo? ¿Pido ayuda? ¿Acepto ayuda?
10. ¿Soy capaz de perdonar? Perdonar implica seguridad, ganas de servir al otro y creer
en él.
11. ¿Estoy conciente que dar, implica no esperar recibir nada a cambio o en retribución?
(material, afectivo, etc.)
12. ¿Soy generoso conmigo mismo, me doy tiempo para mis necesidades?
13. ¿Cuanto tiempo concreto y real del día lo ocupo en los demás?
14. Cuando soy generoso, ¿lo hago en forma libre, coherente? (a veces doy presionado).
15. Cuando doy algo que me cuesta mucho esfuerzo, ¿lo hago con alegría y optimismo?
16. Al ser generoso, ¿me ilumina la prudencia distinguiendo entre necesidades o
caprichos del otro?
17. ¿Mi generosidad es perseverante y dotada de fortaleza?
18. ¿He reflexionado entre la diferencia de dar y darse? ¡Darse implica entregar mi ser, y
eso sólo me pertenece a mí y a Dios!
19. Si ofrezco mi ayuda desinteresada e incondicional y me la rechazan, ¿soy lo
suficientemente generoso como para comprender la actitud de esa persona?
20. Si mi generosidad es mal interpretada, ¿tengo la fortaleza como para no dejarme
abatir y seguir luchando por este valor?

DISVALORES DE LA GENEROSIDAD

A) El abandono, el prodigarse:
Consiste en darlo todo sin criterio, a cualquier persona y en cualquier momento,
permitiendo que lo despojen de todas sus posesiones: materiales, morales, intelectuales,
afectivas, etc.

¿DOY EN EXCESO? ¿ME PRODIGO?

1. ¿Me siento culpable cuando satisfago mis necesidades?
2. ¿No me agrada perturbar la aparente armonía de un grupo, ni siquiera cuando algo
me parece incorrecto?
3. ¿Busco mucho la aprobación de los demás, haciendo cosas que van más allá de mis
fuerzas y capacidades?
4. ¿Creo que es un buen fin ayudar a progresar a los demás, aunque nadie me ayude a
mí?
5. ¿Sacrificarme por otros me hace sentir mejor, aunque eso implique ignorarme?
6. ¿He vivido renunciando a lo mío, en pro de los demás?
7. ¿Siento que es un deber ser generoso, aunque no lo desee?
8. Cuando me piden algo que sé es un capricho, ¿no soy capaz de negarme, aunque
esto me signifique desgastarme?
9. ¿Pienso que cuando me hacen un cumplido es por pura cortesía?
10. ¿Hago cualquier cosa para evitar una pelea o confrontación?
11. ¿Siento que con mi sola presencia no basta, ya que siempre tengo que estar
haciendo cosas a fin de conservar el interés de los demás?
12. ¿La mayoría de las veces, yo me esfuerzo más en las relaciones que el otro?
13. Cuanto más quiero, más temo que me abandonen, por lo tanto, ¿doy más allá de mis
propios limites?
14. ¿En general me rodeo de gente con muchos problemas y todo mi tiempo se va en
tratar de ayudarlos?
15. ¿Necesito que la gente me confirme su cariño constantemente, y a cambio doy lo
que me pidan?
16. ¿Las necesidades de los demás, la mayoría de las veces las antepongo a las mías?
17. ¿En mis relaciones humanas prefiero sacrificar mis necesidades, antes de que crean
que "soy exigente"?
18. A veces, ¿tengo la sensación de que la gente me explota?
19. ¿Jamás exijo reciprocidad en mis relaciones, y si el otro me da, es por
espontaneidad?
20. ¿Permito que los demás se apoderen de mis ideas, posesiones, relaciones
afectivas?
21. ¿Me falta prudencia cuando doy, ya que entrego mi alma, mi cuerpo, mi vida,
conociendo muy poco al que tengo al frente?
22. ¿Permito que los demás hagan uso de mis cosas (casa, libros, ideas, etc.) "cuando y
como" ellos quieran?

DETECTANDO A UN EGOÍSTA

B) Egoísmo:
La persona egoísta piensa sólo en la propia satisfacción de sus necesidades y caprichos,
por lo tanto se mueve en el plano del querer (quiero que tu hagas esto para mí, para la
satisfacción de mis deseos) o de lo que él imagina su propio bien.
Tiene una facilidad asombrosa para pervertir todas las situaciones y hacernos sentir
culpables de lo que hicimos, o dejamos de hacer, según su criterio y percepción.
Nunca se siente satisfecho de nada, porque en el fondo es un eterno insatisfecho consigo
mismo.
Su falta de empatía, va robando la luz y la energía en las almas cercanas, va borrando la
sonrisa de los labios y la alegría, creando a su alrededor una atmósfera gris, teñida por el
miedo, la tristeza y el dolor.
Vive justificándose de que nadie lo comprende y buscando siempre culpables a sus propias insatisfacciones.
Su tolerancia a la frustración es casi nula, cuando algo no sale como ellos quieren,
emergen sus instintos más bajos (y digo instintos porque la razón y la voluntad se ven
obnubiladas) la rabia, la ira, el descontrol, la violencia, la ironía, la regresión absoluta a
estados más infantiles.
Su vida es un caos e incoherencia totales, y va haciendo de los demás, seres que viven
en las tinieblas de la duda y la inseguridad.

CONDUCTAS EGOÍSTAS:

1. Si los otros no hacen, dicen o piensan lo que yo quiero...
- Los ignoro
- Los ataco con ironías
- Busco sus talones de Aquiles para enseñarles lo correcto, manipulándolos
- Corto la relación.
2. Centro mi vida en lo que yo quiero, necesito o deseo hacer, sin tomar en cuenta los
sentimientos de los demás.
3. Me molesta profundamente que la gente no sea lo suficientemente independiente,
como para no andar pidiendo ayuda.
4. Para mí es obvio que no hay ni que felicitar, o dar las gracias cuando alguien cumple
con su deber.
5. En mis conversaciones, soy partidario de la respuesta corta, poco explicativa o
detallista; lo demás es pérdida de tiempo (egoísmo en la comunicación).
6. En mi vida, primero estoy yo, y último también. ¿Si no me preocupo de mí, quién si no?
7. Si obtengo algo muy enriquecedor (ideas, libros, datos, etc.), los guardo para mí.
8. La idea de compartir, me parece poco realista y poco necesaria.
9. Las preguntas que a mí me parecen tontas sencillamente no las contesto.
10. A mí me tienen que aceptar tal como soy, les guste o no.
No creo que las relaciones humanas impliquen un arte o trabajo en mí mismo,
porque pierden espontaneidad.
11. No pido ayuda, porque tácitamente implicaría aceptar que estoy dispuesto a que me la
pidan en retribución, y para mí eso es perder el tiempo y no dejar que el otro crezca
solo.
12. Mientras no solucione primero mis cosas, no tengo tiempo, energía ni disposición para
los demás.
13. Mi ser y mi quehacer están dirigidos siempre a la obtención y satisfacción de mis
necesidades.
14. Acepto que soy muy calculador al elegir mis relaciones, pues busco desde beneficios
materiales hasta espirituales, (no confundir con selectivo).
15. Dicen que soy insoportable, yo creo que nunca me han comprendido.
16. Escondo cosas para disfrutarlas yo solo.
17. Me indigno cuando me copian o plagian.
18. Cuando piden un voluntario, jamás me ofrezco.
19. Doy, pero cuando me conviene.
20. Se me olvidan las cosas que me han contado, o hechos que les han sucedido a las
personas. (en el fondo no escuchó, porque estaba oyéndose a sí mismo).
21. No perdono lo que me han hecho, tengo muy buena memoria para mis cosas.
22. No me importa humillarme, si con eso voy a lograr algo para mí.
23. Sé que mi descontrol emocional, provoca miedo y lejanía, pero a la larga obtengo lo
que quiero.
24. ¡Así nací, así soy y no lo puedo cambiar...! (el egoísta nunca quiere evolucionar).
25. Bajo ningún punto de vista acepto que me vean fracasado y menos aún, pedir
ayuda...
26. Lo lógico es que si yo estoy mal, todo el mundo se preocupe de mí. (¡eternas
víctimas!)
27. Si yo estoy mal no resisto que otros estén bien. Si yo estoy bien, todos deben estar
bien.
28. A mi pareja, para ser feliz, sólo deberá bastarle estar conmigo.
Si te has sentido identificado con este cuestionario, sólo nos resta decirte: ¡Abre los ojos y deja de tener posada la mirada en ti mismo!

¡Deja que tu alma, a la que tienes encadenada en la mazmorra más interna de tu ser,
vuele al encuentro de la capacidad de dar y así, pequeño egoísta, te enriquezcas por primera vez!

No hay comentarios.: