octubre 02, 2010

III. LA PACIENCIA

Definición:


Superar las molestias presentes con paz interior, con la serenidad, de que el bien

deseado tardará en llegar.

¿Cuantas veces has caminado por un maravilloso parque, y te has detenido con deleite a

mirar árboles milenarios, de extraordinaria belleza? Te has preguntado: ¿aquellos que los

plantaron, sabían que jamás los verían majestuosos y crecidos como los ves hoy tú?

¿Cuántos de aquellos conciertos que tranquilizan tu espíritu y te llevan a estadios

espirituales profundos (se hicieron ya tanto, tiempo) producto de años de estudio, esfuerzo y

uso del tiempo y, que su compositor quiso, a través del valor del arte dejarte un mensaje a ti?

¡Que el goce de los adelantos de la ciencia que hoy disfrutas es producto de horas y horas

de ensayos, errores, pruebas dentro de un laboratorio, horas que se le quitaron al sueño, a los

placeres inmediatos, horas de encierro, fueron para ti!

Esas personas poseían la virtud de la paciencia, del saber esperar. Si te pones en su lugar,

¡no fueron vidas fáciles!, pero fueron vidas que tuvieron un sentido de trascendencia e

inmortalidad de buscar un bien para ti. Su mirada estuvo siempre volcada hacia el otro, ¡no

hacia ellos mismos!

Al dejar de girar en torno a nosotros, podemos y tenemos fuerza para esperar. Y esperar,

lo sabemos tú y nosotros, es una tarea difícil.

MI PACIENCIA

1) ¿Soy capaz de darme cuenta, de que tiene que haber un tiempo entre lo que hago y el fin

que he previsto? ¿Cuánto se demora una semilla en germinar?

2) ¿Entiendo que ser paciente implica dominar mis impulsos, y manejar otros, como la ira:

que es buena si es controlada?

3) ¿Comprendo que tengo que esforzarme para dominar un dolor corporal?

4) ¿Sé que es bueno controlarme para no actuar antes de tiempo?

5) ¿Pienso que es valioso y prudente, reflexionar, darse un tiempo sobre mi realidad actual,

para así relacionarla con lo que deseo a futuro, para tener resultados productivos y

eficientes?

6) ¿Me impacta pensar, que lo que no se consigue rápidamente, termina perdiendo

importancia? ¡Razón por la que no se desarrollan los valores, pues ellos requieren de

un largo trabajo!

7) ¿Le doy valor a la capacidad de soportar molestias, dolores, pena, angustia, esfuerzo,

como un ingrediente propio de ser paciente?

8) ¿Tengo la capacidad de distinguir que a veces soy sumamente paciente con algunas

personas y con otras no? ¿Me he preguntado por qué?

9) ¿Valoro que al estar sereno...

a) Mis expectativas están en cero.

b) Estoy en condiciones de analizar.

c) Soy capaz de evaluar los pro y los contra.
d) Puedo visualizar los resultados de las acciones previstas


e) Evito la reacción precipitada, nerviosa o asustadiza.

f) Luego, con todo lo anterior, tendré una actuación responsable y prudente y el

hallazgo de una solución justa?

10) ¿Me he dado el tiempo para aceptar que la ira que se siente por un fin noble, puede

ser manejada en favor de la paciencia? Es un motor que lleva a la acción.

11) ¿He revisado si la motivación, causas, que me llevan a ser paciente, traerá como

resultado un bien para mí, los demás, o un regalo de Dios u honores?

12. La paciencia requiere básicamente que seamos sensibles y empáticos a las

vivencias emocionales de otras personas y las propias.

13. ¿Me he dado cuenta que un niño no tiene paciencia, y que para lograrla, requiere

que los adultos le den un ambiente con paz interior, comprensión y cariño?

14. Para sensibilizarme:

¿Estoy en continuo contacto con la naturaleza, alimentándome de estímulos

positivos?

15. ¿Observo en mi propio cuerpo la diferencia entre:

a) Esperar con paz interior, y alegría, juventud y belleza del alma y de la mente.

b) Esperar con angustia y desesperación, vejez, neurosis, enfermedades

sicosomáticas?

16. ¿Cómo domino la ansiedad?

a) ¿Con medicamentos, artificialmente?

b) ¿Con el uso de las 3 llaves, el no enganche, la no expectativa?

RECUERDA:

Hagas lo que hagas no podrás nunca acelerar...

El paso de las estaciones

El desarrollo de un niño

El crecimiento de una flor

La maduración de un fruto

El encuentro con el amor verdadero.

PACIENCIA = CIENCIA DE LA PAZ

DISVALORES DE LA PACIENCIA

A) Impaciencia: Incapacidad de esperar

B) Insensibilidad o dureza de corazón: La persona no se preocupa ni impresiona

ante la llegada de algún bien o alguna molestia.
¿CUAN IMPACIENTE SOY?


Te dices constantemente:

1. ¡No soporto a las personas lentas!

2. ¡No vale la pena esperar tanto tiempo!

3. No me pude resistir, fue superior a mis fuerzas, e hice lo que me había prometido que

no iba a hacer.

4. Yo sabía que el otro tenía que tomar la iniciativa, ¡no me pude controlar y la tomé yo!

5. Me pongo tenso cuando se demoran en atenderme.

6. ¿Vale la pena tanto esfuerzo en esperar, si nadie sabe los cinco minutos que siguen?

7. Me busco excusas para terminar haciendo las cosas sin respetar el tiempo de los

demás.

8. Prefiero tomar yo la iniciativa, me resulta más rápido y mejor; domino la situación.

9. No soporto los dolores físicos, me lleno de medicamentos.

10. Me gusta que la gente olvide rápido las faltas o errores que he cometido.

11. Cuando empiezo algo quiero terminarlo lo antes posible. Quedo agotado e incluso a

veces no disfruto de lo que alcancé.

12. Me gustan las cosas para antes de ayer o ahora mismo.

13. No tengo ninguna condición para enseñar algo, me pongo tenso.

14. Los proyectos y metas a largo plazo me aburren. Es bueno subdividir las metas en

submetas, eso ayuda.

15. Pongo toda mi energía en ver resultados inmediatos.

16. En general me noto que apuro y presiono a los demás para que actúen rápido.

17. Lleno mi día con muchas actividades, no me queda tiempo para nada y, más aún, al

evaluarlo que hice siento que fue todo hecho superficialmente.

18. Me he dado cuenta que mi cuerpo a veces tiene movimientos involuntarios: tics,

tamborileo de dedos, mover una pierna. Cuando me observo, me doy cuenta que se

reducen cuando estoy muy impaciente.

La impaciencia se torna a veces una carga o cruz muy dolorosa y difícil de sobrellevar.

Quisiéramos llevarte a meditar sobre el resultado paradojal de este disvalor. Cuando

decimos paradojal, nos referimos a que obtienes justo el resultado contrario a lo que

buscabas...

Imagínate que has comprado un arbolito que produce duraznos. Lo plantas, lo riegas, lo

abonas y empiezan a aparecer sus frutos. Tu sueño fue comerte un durazno maduro, jugoso,

sabroso. Tu impaciencia te hace ir a verlos a cada rato, lo tocas, están aún verdes. Un día

ves que tiene un porte y color que a ti ya te parece adecuado. Lo cortas, lo pruebas y ¡Oh!

frustración, no está a tiempo, no está maduro, lo botas. Te quedas con dos sensaciones

desagradables:

La primera es culpa, por no haberle dado el tiempo real que necesitaba para madurar. Te

retas, te indignas contigo mismo.
Quisiste ir sobre una Ley Natural que nos dice que cada cosa tiene su tiempo.


La segunda, la paradojal: obtuviste algo, pero no lo que tu realmente querías. Tu apuro

hizo que el fin obtenido o buscado se fuera contra ti mismo.

Es el momento entonces de que comprendas, a través de una profunda introspección, que

quizás una de las razones por la cual la puerta de la felicidad que tanto ansías no se abre, es

porque tú mismo la cierras con la llave de la impaciencia, tú no sabes esperar, no comprendes

que todo en el universo, en tu planeta, en tu cuerpo, y en el microcosmos 􀂱tiene un tiempo􀂱 y

aquel que sabe esperar, "será recompensado con el regalo de lo que espera".

También toma en cuenta como te ven los que te rodean, como te transformas en una

carga presionante para ellos, como les provocas angustia y a veces desesperación, como

resultas cansador y agotador, como coartas la libertad y la espontaneidad del otro.

¡Revisa la no expectativa, te ayudará mucho!

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