octubre 02, 2010

VII. EL OPTIMISMO


Definición:


Confiar equilibradamente en las posibilidades y ayuda que otros puedan aportar;

confiar en los demás. En cualquier situación distinguir lo positivo en sí y las

posibilidades de mejorar, que existen, como las dificultades y obstáculos que se

oponen a esta mejora, afrontándolos con fortaleza y alegría.

DISVALORES DEL OPTIMISMO

A) Pesimismo: desconfianza en sus posibilidades y oportunidades que aparecen

generalmente, por incapacidad de resolver o enfrentar situaciones adecuadamente.

B) Utopía: falsificación de la realidad, percibiéndola en forma ingenua o soberbia,

confiando en forma desmesurada en sí mismo, o en las posibilidades que se presentan.

Pareciera que muchas veces, has vestido de gris tu alma y tu rostro, tus ojos han perdido

vivacidad, todo tu cuerpo tiene una actitud postural recogida, son esos días en que te invade

el pesimismo, pareciera que se acabó la confianza, la fe y la fortaleza. En otras tantas

ocasiones te sientes iluminado, confiado y seguro, aunque veas tantos y tantos rostros que

ya perdieron la capacidad de asombro, la sonrisa en la mirada, la seguridad en sí mismos.

Y por cierto, en otras instancias, te encuentras con los soberbios que confían

ilimitadamente en sí mismos, que no piden ayuda, que viven en una utopía respecto de sus

logros y triunfos, o aquellos que ingenuamente simulan que nada les sucede, que todo pasa,

que nada pasa, o que todo pasará, sin poner ningún esfuerzo de su parte.

En esos momentos, quisiéramos tener un pincel alquímico y pintarles el alma y el rostro

con los colores del optimismo auténtico, colores reales, confiados, perseverantes. Tantas

veces que hemos querido pintar el mundo de rosa-amor, de celeste-paz, de verdeesperanza...

¡Te enseñaremos cómo!

EL PERFIL DE MI OPTIMISMO

1. ¿Sé aprovechar las circunstancias reales? ¿Tengo siempre en mi mano, una

alternativa válida para no frustrarme?

2. ¿Me centro más en lo positivo de la situación, que en las dificultades que ella posee?

¿Busco el tesoro escondido?

3. ¿Soy capaz de ser optimista, liberándome de los resultados inmediatos y colocando

mi mirada en el fin que persigo, que puede ser más a largo plazo?

4. Mi motivación ¿radica en la confianza que tengo en mis posibilidades y en la ayuda

que me prestan los demás?

5. Respecto a la confianza en ti mismo, ¿practicas las siguientes frases?

a) ¿Me acepto como soy?
b) ¡Qué bueno que nací!


c) ¡Qué agradable estar contactado conmigo mismo, acompañarme siempre, en lo

bueno y en lo malo!

6. Cuando agoto mis propias posibilidades, ¿tengo la suficiente humildad como para

pedir ayuda con optimismo y fe en el otro?

7. ¿Me doy cuenta, que ser optimista no siempre conduce a una alegría expresada,

sino más bien, es un estado de paz interior?

8. ¿He diferenciado que:

el optimismo vence el desaliento y el abandono?

la fortaleza vence la tristeza?

9. ¿Me preocupo de obtener los mejores medios o herramientas para lograr mi

optimismo?

10. ¿Soy capaz de encontrar hasta en el hecho más negativo, o abrumador, un aspecto

positivo, para tener energía y aliento?

11. ¿Confío en que Dios siempre me va a conceder lo que es absolutamente bueno para

mí?

12. ¿Acepto mis fracasos con optimismo, conciente que a lo mejor perdí una batalla pero

no la guerra, para así lograr mi propio bien o el ajeno?

13. Si soy desconfiado por naturaleza ¿he pensado en erradicar ese mal, con el valor de

la esperanza?

14. ¿He considerado que aquel que mayores fracasos acumula, es el que necesita más

de mi amor y acogida, para que recobre su confianza?

15. ¿Has experimentado que, con los años, nos vamos dando cuenta de la importancia

relativa que tienen las cosas que nos han sucedido?

16. ¿Has meditado que el desarrollo de tu optimismo va en directa relación a la misión

que te has propuesto de tu vida?

17. ¿Has desarrollado la capacidad de "no engancharte", con personas pesimistas?

Si lo haces, su presencia opacará y nublará tu felicidad.

Si eres capaz de ser empático, ponerte en el lugar del otro, podrás comprenderlo,

ayudarlo efectivamente o a lo menos tolerarlo, pero siempre cuidando tu metro

cuadrado y sólo contactándote con su lado positivo.

18. ¿Te das cuenta de la diferencia entre el optimismo y la manía de bromear con todo,

especialmente con defectos y problemas ajenos?

19. ¿Te gustaría practicar este ejercicio?

¡Fuera de mi metro cuadrado, la pena y la tristeza!

20. ¿Has considerado que practicar la virtud del optimismo trae recompensas muy a

corto plazo? Por Ej.: Hacer instantáneamente la vida agradable para ti y los demás.

Para cerrar este tema, queremos depositar una semilla de fe y esperanza en tu corazón,

semilla que te conducirá siempre a buscar el lado bueno y ojalá a ser un alquimista de tu

propia alma, transmutar lo negativo en positivo. Lo que tú puedes hacer en esta vida y en este

planeta...

¡SÓLO LO PUEDES HACER TÚ!
 
Nadie, puede cumplir tu misión como tú la vas a hacer, con todo lo que tú eres y los


talentos que te fueron dados. Eres insustituible.

¿Quieres dejar en la trama del Universo, un hueco, porque no sentiste que eras capaz,

que no te pertenecía?

¡Alégrate! Ese espacio sólo lo puedes llenar tú.

OBSERVANDO EL PESIMISMO

1. ¿En general sientes que las cosas no te resultan, que en la balanza suman más los

fracasos que los triunfos?

2. ¿Eres un buen jugador del sí... pero?

Es decir la gente trata de ayudarte, pero tu siempre encuentras una dificultad ante sus

proposiciones, hacia la posibilidad de ayudarte. Le ganas, pero pierdes la

oportunidad de superarte.

3. ¿Notas en ti una tendencia a buscar con lupa los aspectos negativos de una situación

y cuando los encuentras, oscurecen tu alma?

4. ¿Te provocan molestias los triunfos de otras personas y sientes una vez más que

otros tienen más suerte que tú?

5. Tú sabes que la fe mueve montañas. ¿Has reflexionado en que el temor también

mueve montañas? ¿Y que tu actitud pesimista, hará que nada te resulte por la

pérdida de confianza en ti? Profecía Autocumplida.

6. ¿Te has preguntado si tu pesimismo no es una forma de obtener amor,

preocupación u otras ganancias secundarias de la gente que te rodea?

7. Cuando fracasas en algo ¿qué ganas maltratando a los que te rodean como si fuesen

los culpables de tu situación?

8. ¿Has pensado que, en un estado de abatimiento hay que distinguir entre:

a) La dificultad real de solucionar la situación.

b) La dificultad interna para enfocar el problema, por miedos, inseguridades, carácter,

etc.

9. ¿Te has fijado que cuando dices nunca, nadie, jamás, estás usando la "energía del

verbo" en una postura negativa, ej.: nadie se preocupa de mí.

Quisiéramos dejarte con una última idea sobre este disvalor.

El ser humano, por naturaleza tiende a la felicidad, la paz, la belleza. En el momento en

que percibe un alma triste, se preocupa, y busca la forma de ayudar ya sea dando un apoyo

moral, (a través de los valores), material o quizás sólo con un escuchar activo.

Pero eso dura un tiempo, hasta que se empieza a cansar de soportar o ayudar a cargar

la cruz del pesimista...

Y se empieza a alejar, porque se da cuenta que su apoyo no sirve de nada, que está

gastando su energía inútilmente, que está sembrando en un terreno infértil, que

probablemente toda esa ayuda la puede dar al que realmente la necesita y la va a usar en

su propio bien.

No estamos frente a un acto egoísta, más bien estamos frente a un acto de prudencia, de
amor a si mismo, y de saber encauzar bien su trabajo y misión (valor del trabajo). Es


conveniente meditar, que uno de los frutos del pesimismo y negativismo es que nos vamos

quedando solos, porque así lo elegimos, porque estaba nuestra mirada tan centrada en

nuestro propio yo, que no hubo un instante, o si lo hubo fue muy fugaz, para preocupamos

del que realmente estaba tratando de ayudar, abusamos de su tiempo, de su creatividad para

apoyarnos en buscar caminos de solución a nuestros fracasos, de su sensibilidad, de su

capacidad de contener (lo sobrepasamos) y de su paciencia, virtud que se pierde cuando

perdemos la meta. ¡Y esa meta era nuestro propio bien!

Tú rechazas la soledad no acompañada, entonces toma tu pincel y píntale también al

otro la vida con colores agradables. Bota el negro de tu paleta. El negro es la ausencia de

luz, de Amor.

CONOCIENDO EL MUNDO DE LOS UTOPICOS

Nos hacen mover la cabeza en señal de ¡qué increíble! ¡qué poco realistas! ¡Qué pérdida

de talentos!

Viven inmersos en una nube rosa, todo lo de ellos es lo mejor. ¿Sus proyectos?

¡Grandiosos! Sus realizaciones, pocas. Viven fuera de lo real, de lo que se puede obtener

en este mundo; a veces son muy soberbios, confían extralimitadamente en sí mismos.

¿Dónde está su humildad?

A veces muy ingenuos, creen que todo les va a ser concedido sin hacer esfuerzos; a

veces muy negadores, no asumen sus fracasos, sus responsabilidades, sus deudas con la

vida...

FRASES TIPICAS

1. ¡Mis triunfos se basan en mis capacidades personales y punto! Exceso de

confianza en sí mismo.

2. Mi concepto de la realidad se basa en lo que yo creo, pienso y veo, la experiencia

ajena no sirve de nada. No compara, no aprende, no se informa.

3. No me gusta pedir ayuda, pueden enterarse de mis proyectos, o pueden

obstaculizarme con sus consejos... No cree en los demás.

4. Mi vida, mi trabajo, mi casa, mi relación de pareja y mis hijos ¡están perfectos!

Sobrevalorado.

5. ¡Estoy seguro que voy a salir ganador en ese proyecto ¿porqué?... porque a mi todo me

resulta! No evalúa causa-efecto.

6. Mira, se está demorando lo que quiero ¡pero es sólo un problema de tiempo! No

reconoce que ya fracasó.

7. ¡Me dieron un dato, con eso arreglo mi vida! Busca golpes de suerte.

El utópico está convencido de que:

1. Su confianza no está basada en el orden cósmico divino, sino en sus propias

capacidades.

2. Las cosas van a cambiar sólo porque él lo decide, lo piensa o lo siente así.
3. Nunca se va a encontrar con situaciones que no va a poder afrontar, y menos, que


va a tener que pedir ayuda.

4. Lo que cuenta a los demás sobre sus eternos éxitos, es una realidad.

5. Si le pide algo a Dios, sea lo que fuere, se lo va a conceder de todas maneras.

6. La vida es una continua satisfacción de metas a corto plazo, en que sólo vale el

presente.

7. La retroalimentación de los demás, respecto a como él es, no es necesaria ni importante.

Los valores, te lo hemos dicho, son un punto medio de equilibrio entre dos extremos. La

utopía existe, la vemos y vivimos con ella, es una exacerbación irreal del optimismo.

Gracias a ella, hemos visto como el hombre se ha ido alejando de su esencia, construyendo

castillos de arena o encontrando caminos mágicos, como soluciones que no emanan de él, si no

de un credo, una secta, un partido, un curso y que la ola de la realidad los barre sin dejar huellas.

Al alejarse de su centro nos vamos encontrando con un hombre tremendamente egoísta,

que todo lo idealiza, lo transforma en algo perfecto para sentirse enormemente satisfecho, un

hombre que no es capaz de ver lo humano del otro o lo real de las cosas, lo negativo y lo

positivo para así integrarlo en una visión objetiva. Un hombre que se evade de la realidad,

porque no tiene fortaleza para afrontarla. Las utopías conducen siempre a fracasos

negados... a falta de comunicación, a la incapacidad de comprometerse, proyectarse y

crear con el otro.

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